El siguiente texto fue sacado de una revista científica: «Lo sorprendente de la búsqueda de nuestros orígenes es que la respuesta a una pregunta lleva inmediatamente a otra: si el hombre es un producto del big bang, como dicen algunos científicos, ¿qué causó el big bang?».
Jacques Monod, inaugurando su cátedra de biología molecular en el Collège de France, declaró que el hombre había surgido «por azar» del universo material. Pero otro físico famoso, el profesor Alfred Kastler, ganador del Premio Nobel de Física, dijo: «La idea de que el universo se creó solo me parece absurda. Solo concibo el mundo con un creador, por lo tanto, un Dios. Un solo átomo es tan complejo, organizado con tanta inteligencia, que el universo materialista no tiene sentido».
Por ello preferimos escuchar al mismo Creador hablarnos de su obra. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). “En él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles” (Colosenses 1:16).
Escuchemos además lo que Dios anuncia en su Palabra. Un día “los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos” (2 Pedro 3:10).
Entre estos dos acontecimientos se inscribe nuestra propia historia. Ella tiene un sentido para la gloria de Dios, si escuchamos a Dios y creemos en él.
Ezequiel 7 – Hechos 17:16-34 – Salmo 32:5-7 – Proverbios 11:13-14