¿Le gusta mirar sus viejos álbumes de fotos? El otro día hojeé varios de ellos… Me recordaron muchos momentos felices pasados con mi familia.

En general, nos gusta conservar un recuerdo de los mejores episodios de nuestra vida, pero nadie quiere tomarse fotos cuando no le favorece, ni conservar rastros de sus malos momentos: una rabieta, por ejemplo. Pues bien, Dios registra toda nuestra vida. Él conoce todas nuestras acciones, nuestras palabras, e incluso nuestros pensamientos. Él recuerda cada detalle y juzgará cada vida humana.

Felizmente, todo nuestro pasado pecaminoso puede ser borrado. Los errores que hemos olvidado, como los que años después todavía nos avergüenzan, pueden desaparecer completamente ante la justicia de Dios. ¿Cómo es posible? Por medio de la fe en Jesucristo. Él sufrió en la cruz el juicio por los pecados de los que confían en él. Su vida dada en sacrificio cumplió las exigencias de la justicia y la santidad de Dios.

Él hizo “la paz mediante la sangre de su cruz” (Colosenses 1:20), y ahora Dios perdona a todos los pecadores que acuden a él en nombre de Jesucristo, y los recibe como hijos suyos.

“El que en él cree, no es condenado” (Juan 3:18).

“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios” (1 Juan 3:1).