La Biblia es un libro inmenso y habla de muchas cosas. ¡Es la Palabra de Dios! Él nos ama y quiere enseñarnos lo que es verdadero y útil para todos. La lectura de la Biblia puede parecer complicada, por ello ofrecemos algunos consejos sobre cómo leerla:
Agradezca a Dios por querer hablarle y pídale que le abra los ojos para ver las maravillas que hay en su Palabra (Salmo 119:18). Lea despacio y con atención. Lea varias veces el mismo pasaje hasta que haya captado el significado del texto.
Reflexione sobre las enseñanzas que puede sacar de dicha lectura, para su vida personal. “Sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores” (Santiago 1:22). Qué promesas hay para usted, qué mandamientos debe obedecer, qué ejemplos debe seguir, qué pecados debe evitar… Anote lo que aprende. Sobre todo, busque qué dice la Biblia sobre Jesucristo, quien es el tema principal de la Biblia.
Al leer la Palabra de Dios, debe ser consciente de que Dios le habla. Le muestra su grandeza, su santidad, y se revela como siendo su Padre.
Aprenda a hablar con Dios sobre lo que lee. Si Dios le ha hablado de sí mismo, de su gloria, adórelo. Si le ha hablado de usted, de sus faltas, confiéselas. Estudiando así la Palabra de Dios adquirirá nuevas luces sobre otros pasajes similares.
¡Agradezca a Dios por todo lo que ha descubierto!
1 Crónicas 15 – Lucas 13:1-17 – Salmo 89:46-52 – Proverbios 20:20-21