Mucha gente vive en una constante búsqueda espiritual y no sabe qué decisión tomar. Dicen: ¡Hay tantas religiones y filosofías diferentes! ¿Por qué seguir a Jesús y no a Buda, Confucio, Mahoma u otros jefes religiosos? Al final de cuentas, ¿no llevan todos los caminos al cielo? No, no se deje engañar. ¡El único camino es Jesús, solo él está vivo!
Jesús es el único que puede hablar con autoridad de Dios porque solo él venció a la muerte. Buda y los demás todavía están en sus tumbas, pero Jesús, por su poder, salió del sepulcro tres días después de haber sufrido una muerte cruel.
¡Las pruebas de su resurrección son irrefutables!
1. Cuando Jesús murió y fue sepultado, los jefes religiosos pusieron una gran piedra y una guardia en la entrada del sepulcro, para que sus discípulos no robasen su cuerpo (Mateo 27:62-66). Pero cuando los suyos fueron al sepulcro, no hallaron el cuerpo. La tumba estaba vacía. ¡Jesús ya no estaba ahí! El hecho de que los guardas del sepulcro “temblaron y se quedaron como muertos” cuando vieron al ángel que había quitado la piedra, probó aún más la resurrección de Jesús.
2. Luego, ¡más de 500 testigos lo vieron resucitado! (1 Corintios 15:6). ¡La cifra es impresionante! ¡Nadie puede ignorar 500 voces!
Alguien más poderoso que la muerte merece nuestra atención, ¡escuchémoslo! Alguien que entró en la muerte y la venció es el único que puede liberarnos. “Estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 1:18). Él ofrece la vida eterna a todos los que creen en él. ¡Y podemos creer en él, pues está vivo!
1 Samuel 1 – Mateo 5:1-20 – Salmo 4:1-3 – Proverbios 1:24-33