¿Podemos pensar que la tierra nunca llegará a su fin, que las civilizaciones seguirán sucediéndose como en los últimos milenios? O, ¿nuestro mundo está condenado a desaparecer algún día?

En los versículos de hoy, la Biblia da la verdadera respuesta. Nos habla del tiempo del diluvio (Génesis capítulos 6 a 8) que fue anunciado durante todo el tiempo que Noé construyó el arca (más de 100 años). Sin embargo, dicha advertencia no fue escuchada hasta el día en que el agua sumergió la tierra. Solo se salvaron los que creyeron y se refugiaron en el arca (1 Pedro 3:20). Noé y su familia se salvaron por la fe en Dios (Hebreos 11:7).

En el futuro, este mundo será juzgado y destruido por el fuego (versículo de hoy), antes de la creación de un nuevo cielo y una nueva tierra (Apocalipsis 21).

La Biblia también nos muestra el único medio de ser salvos: “En ningún otro hay salvación (Jesús); porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). Nuestra “arca”, nuestro salvavidas, es la fe en Jesucristo. Todos hemos ofendido a Dios, por lo tanto, todos necesitamos reconciliarnos con él, quien es justo y santo. A todos los que creemos en Jesús, quien murió en la cruz y resucitó, Dios nos perdona y nos da la vida eterna. ¡Esta vida recibida en la tierra nos permitirá entrar con él en los nuevos cielos!