La Buena Semilla: Domingo 20 Julio
Domingo
20
Julio
¿Por qué preguntas por mi nombre, que es admirable?… Y el ángel hizo milagro ante los ojos de Manoa y de su mujer. Porque aconteció que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel del Señor subió en la llama del altar.
Jueces 13:18-20
Las maravillas (3)

El versículo de hoy dice que Manoa y su esposa vieron cosas tan maravillosas que se postraron y adoraron a Dios. Esto nos recuerda hechos aún más extraordinarios, los cuales somos invitados a contemplar: Jesús, el Hijo de Dios, vino a la tierra, murió en la cruz, resucitó y ascendió al cielo. Es maravilloso comprender que Dios amó tanto a su criatura, que él mismo vino y se «hizo hombre». “E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria” (1 Timoteo 3:16).

Consideremos el camino que Jesús siguió: por amor, vino a ocuparse de hombres y mujeres que estaban lejos de Dios. Al nacer, Jesús recibió nombres muy preciosos: Jesús (que significa Dios Salvador) y Emmanuel (Dios con nosotros). Estos nombres manifiestan el deseo de Dios de habitar con nosotros, pero también nuestra necesidad de tener un Salvador que nos lleve a su presencia. Sería imposible tener a Dios con nosotros si no fuéramos liberados de nuestros pecados por la fe en él. La vida de Jesús ofrecida en la cruz satisfizo la justicia de Dios. Su resurrección demuestra la satisfacción de Dios. En el Salmo 111 leemos: “Grandes son las obras del Señor” (la creación del universo, el cuerpo humano…), pero también: “gloria y hermosura es su obra” (la obra de la cruz). “Ha hecho memorables sus maravillas” (Salmo 111:2-4).

(fin)

1 Crónicas 2 – Lucas 7:24-50 – Salmo 86:1-6 – Proverbios 19:24-25