Las construcciones de acero y los muros de hormigón son símbolos de fuerza. Pero observemos lo que queda después de un tornado o un terremoto. En realidad, el material más resistente es bastante frágil. Muchas personas piensan que los valores espirituales son vagos e inseguros, mientras los valores materiales parecen sólidos y concretos. Pero es precisamente lo contrario, y los versículos de hoy lo afirman.

El mundo físico no es lo principal. La bondad, la justicia, la verdad, por ejemplo, son valores más fuertes que cualquier cosa material. ¡El mundo mismo no es eterno! La Biblia lo dice claramente, y la ciencia lo deja entrever. Hubo un principio y habrá un final. Pero por encima del mundo, está Dios. Él ya existía antes que el mundo fuera creado, y cuando este termine, Dios seguirá existiendo. Además, Dios tiene sus planes, y sabemos que los cumplirá. Siempre quiso que los seres humanos lo conocieran y lo amaran como él los ama, para tenerlos con él en la felicidad del cielo.

¿Deseamos construir nuestra vida sobre una base sólida? En un mundo en constante cambio, ¿sentimos la necesidad de certezas, y también de un propósito en nuestra vida? Entonces, dirijámonos a Dios. Él nos invita a tener con él una relación rica y feliz, gracias a la obra de Jesucristo, su amado Hijo.