La Buena Semilla: Miércoles 11 Junio
Miércoles
11
Junio
No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
Romanos 3:11-12
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio.
Salmo 51:10
Ciencia y conciencia

En el curso de la historia, la ciencia nunca había avanzado tan rápidamente como hoy. Las proezas científicas despiertan admiración. En cambio, la naturaleza humana no parece haber seguido esta evolución positiva. En nuestra época hay tantos o más conflictos y miseria moral que en las generaciones anteriores.

El filósofo Edgar Morin dijo: «La ciencia progresa; la conciencia retrocede». Hace más de 500 años, Rabelais, un escritor francés, dijo: «La ciencia sin conciencia es la ruina del alma». Los progresos científicos se utilizan incluso con fines asesinos. ¿Y qué decir de los espectaculares avances en el campo de la genética? La naturaleza humana, ¿es, pues, incapaz de progresar?

La Biblia lo afirma claramente. Dice que todos estamos perdidos, vendidos al pecado (Romanos 7:14), somos incapaces de dominar nuestras malas tendencias, nuestras debilidades pecaminosas, el orgullo que nos acecha en lo más recóndito de nuestro corazón… ¿Podemos hacer lo bueno por nosotros mismos? ¡Imposible! Por eso Dios nos invita a no esperar nada de nuestra naturaleza y a esperar todo de él. A los que lo aceptan y creen que Jesús es el Hijo de Dios, enviado al mundo para salvar a los pecadores, Jesús les da una nueva vida, una nueva naturaleza, la única capaz de hacer el bien. Solo entonces podremos amar como él, odiar el mal bajo todas sus formas, hacer lo que es correcto y encontrar la fuerza para manifestar sus virtudes morales con humildad. Vivir la vida de Cristo es la única solución para no dejar actuar a mi mala naturaleza.

2 Reyes 12 – Romanos 16 – Salmo 69:19-28 – Proverbios 17:3-4