Querido yo *,
Creo que siempre te he tratado bien. Puedo decir que la mayor parte del tiempo te puse por encima de todo, me aseguré de que pudieras tener el mejor trozo de pastel, la mejor silla…
Ahora que dispongo de nuevas herramientas gracias al internet, solo exhibo fotos que muestran tus mejores momentos…
Te amo, querido yo… Pero ya no puedo vivir más para ti.
Querido yo, te dejé el control y ocupaste el lugar del Conductor. Ahora reconozco que no puedo confiar en ti. Afirmaste que conocías los caminos de la vida que debíamos tomar, pero siempre terminamos en callejones sin salida.
Aprendí que hay otro camino que conduce hacia una vida real y abundante, y ese camino es Jesucristo.
Te lo digo de una forma un poco brusca, pero no puedo llevarte conmigo en este viaje.
Así que, querido yo, ¡estás acabado!
“Para que en todo (Jesús) tenga la preeminencia (el primer lugar)” (Colosenses 1:18).
“Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe” (Juan 3:30).
“Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (Mateo 16:24).
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* En la Biblia, según el contexto, la expresión “yo” o “mí” tiene dos significados:
-“Ya no vivo yo”: aquí el “yo” representa la voluntad del hombre sin Dios.
-“Mas Cristo vive en mí”: aquí se trata de la personalidad, del ser responsable ante Dios, citado por el apóstol Pablo en 2 Corintios 12:5: “Pero de mí mismo en nada me gloriaré”.
1 Reyes 19 – Romanos 2 – Salmo 62:9-12 – Proverbios 16:1-2