La Buena Semilla: Sábado 10 Mayo
Sábado
10
Mayo
Gustad, y ved que es bueno el Señor; dichoso el hombre que confía en él.
Salmo 34:8
(Jesús dijo:) Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.
Apocalipsis 21:6
¿Lo ha probado?

Al terminar su discurso, un profesor ateo invitó al público a hacer preguntas. Un hombre mayor se levantó y se puso al lado del profesor. Luego, sacando una naranja de su bolsillo, empezó a pelarla. El orador le pidió que formulara su pregunta, pero el hombre siguió pelando su naranja sin responder. Luego se la comió, casco por casco, sin decir nada. Cuando terminó, se volvió hacia el profesor y finalmente habló:

–Esta es mi pregunta: Dígame, la naranja que comí, ¿era amarga o dulce?

–Cómo voy a saberlo?, respondió el orador, molesto. ¡No la he probado!

–Ah!, dijo el hombre mayor. ¿Cómo puede hablar de Cristo si nunca lo ha probado?

El apóstol Pedro, dirigiéndose a los jóvenes creyentes, les preguntó si habían “gustado la benignidad del Señor”. La bondad del Señor se «saborea» con el corazón, no con la cabeza. Muchos creyentes no tienen la capacidad para dar una conferencia sobre el cristianismo, pero conocen a su Señor. Han “gustado la benignidad del Señor”.

Igualmente, un hombre sediento que ha bebido un vaso de agua sabrá que el agua es refrescante, ¡mejor que el químico que puede disertar largamente sobre la composición de la molécula de agua! ¡Hay que probarlo para saberlo!

Jesús invita: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (Juan 7:37). ¡Hay que experimentarlo yendo a él! ¡Entonces sabrá, porque lo ha probado, que él es bueno y que puede saciar la sed de su corazón!

1 Reyes 8:1-30 – Marcos 10:1-31 – Salmo 55:16-23 – Proverbios 15:7-8