La Buena Semilla: Lunes 12 Octubre
Lunes
12
Octubre
(Jesús dijo:) He encontrado mi oveja que se había perdido.
Lucas 15:6
Buscaré la (oveja) perdida, y haré volver al redil la descarriada, vendaré la perniquebrada, y fortaleceré la débil.
Ezequiel 34:16
Nadie me encontrará

Elsa vivía en Chiloé (isla de Chile). Tenía que soportar la violencia cotidiana de su marido alcohólico y asumir la carga de una numerosa familia, a pesar de su pobreza. Su vida estaba llena de sufrimientos físicos (era minusválida) y morales. No tenía ningún apoyo de sus familiares, que eran esclavos de su vana superstición. La idea de acabar con esa vida la atormentaba. Pensaba que si moría, nadie la echaría de menos. ¿Quién la encontraría en el fondo de ese estanque profundo que veía desde la ventana de su cocina?

Pero una voz interior parecía decirle: “¡No lo hagas!”. Sin que ella lo supiera, alguien quería encontrarla. Un día, después de la muerte de su marido, unos cristianos encontraron a su hijo en estado de ebriedad y lo llevaron a casa. Trataron de hablarle de Jesús, pero él les dijo que mejor fueran a hablarle a su madre. Elsa los recibió como “mensajeros del cielo”. Leyeron juntos la parábola del hijo pródigo que había dejado a su familia para vivir una vida desenfrenada y que luego había regresado a su padre (Lucas 15:12-32). Elsa, cuyo corazón fue tocado por la paciencia y la bondad de Dios, confesó su falta de confianza en él y su estado de rebelión debido a sus desgracias, a sus pecados. Entonces recibió el total perdón de Dios. ¡Su corazón se llenó de paz y de gozo, pues el Señor Jesús la había hallado!

Más tarde declaró a todos, llena de felicidad, que pudo volver a emplear sus miembros atrofiados.

Deuteronomio 6 – Juan 5:1-23 – Salmo 116:1-11 – Proverbios 25:6-7