La Buena Semilla: Martes 29 Septiembre
Martes
29
Septiembre
Vuélvete… dice el Señor; no haré caer mi ira sobre ti, porque misericordioso soy yo… Reconoce, pues, tu maldad… Convertíos, hijos rebeldes, y sanaré vuestras rebeliones. He aquí nosotros venimos a ti, porque tú eres el Señor nuestro Dios.
Jeremías 3:12-13, 22
¡Vuelve!

¿He desobedecido al Señor? ¿Me he alejado de él? ¿Una falta pesa en mi conciencia? Este urgente llamado de Dios se dirige a mí: ¡Vuelve!

Volver es la única solución, sea cual sea la gravedad de la falta que me agobia. Volver a Dios significa reconocer ante él mis errores y juzgar su origen. Puedo volverme a Dios mediante la oración, la lectura atenta de su Palabra, y quizá con la ayuda de cristianos.

A veces pensamos que el amor de Jesús depende de nuestro amor por él; y tememos volver a él cuando le deshonramos. Nos imaginamos que Dios está enojado contra nosotros y que debemos rescatarnos mediante nuestro arrepentimiento o por medio de obras. ¡Es un error! Dios nos ama, independientemente de lo que hayamos hecho. Puede estar triste por nuestra conducta, pero nunca irritado.

¿Qué espera de nosotros cuando cometemos una falta? Que la reconozcamos comprendiendo que Cristo ya sufrió para que seamos perdonados. Podemos volver a él inmediatamente, con humildad y confianza. Él siempre nos espera. Cuanto más tiempo estemos alejados de él, más difícil será nuestro retorno. ¿Por qué? Porque si permanecemos en ese estado, nuestra conciencia se embota y nuestro corazón se endurece.

El objetivo de Satanás, el enemigo, es que pasemos a la ligera nuestras faltas, o, al contrario, nos hace creer que todo está perdido. Así logra su objetivo: que no volvamos a tener una buena relación con Dios.

Lamentaciones 5 – Filipenses 4 – Salmo 108:1-6 – Proverbios 24:10