La Buena Semilla: Sábado 25 Julio
Sábado
25
Julio
No habitará dentro de mi casa el que hace fraude; el que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos.
Salmo 101:7
La ciudad era de oro puro… No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.
Apocalipsis 21:18, 27
Mentira y verdad

“Es una falta moral”, declaró el conjunto de la clase política refiriéndose a las mentiras de un ministro. ¿De qué moral se trata? Por un lado, se ve bien burlarse de la moral, rechazando toda referencia cristiana, y por el otro, de repente se toma conciencia de la utilidad de una moral reconocida. Se la invoca como una fórmula mágica. Sí, una mentira parece molesta solo debido a su magnitud, mientras es moneda corriente en política y en la vida cotidiana, ¿serían algunas mentiras faltas y otras no?

“He aborrecido todo camino de mentira” (Salmo 119:104), dice el creyente que desea vivir según el pensamiento de Dios. En efecto, Dios condena la mentira. “El Señor es el Dios verdadero” (Jeremías 10:10). Él se reveló en Jesucristo, quien dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). También declaró ante Pilato: “Para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad (es decir, a todo lo que Dios comunica). Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz” (Juan 18:37). “Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis” (Juan 8:45). Los hombres influyentes de esa época no creyeron en él, y como la verdad revelaba sus “faltas morales”, condenaron a muerte al mensajero de Dios. Aún hoy, la Biblia nos dice que “el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna” (1 Juan 5:20).

Números 34 – Lucas 9:44-62 – Salmo 88:8-12 – Proverbios 20:4-5