La Buena Semilla: Domingo 23 Febrero
Domingo
23
Febrero
El Señor cargó en él el pecado de todos nosotros.
Isaías 53:6
Cristo padeció por nosotros… el cual no hizo pecado… quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero.
1 Pedro 2:21-22, 24
¿Pecado pequeño?

Si usted insulta a un peatón o a un automovilista, en general las consecuencias son mínimas… Si insulta a su patrón, ya tendrá más problemas. Si insulta a un funcionario público, usted no escapará a una sanción. Las consecuencias del insulto generalmente dependen de la importancia de la persona denigrada y de su situación respecto a ella.

Ahora bien, el pecado constituye un insulto respecto a Dios, quien está sobre todos, incluso sobre el universo. Esto es muy grave.

Se ha dicho: “No hay pecados pequeños, porque no hay un Dios pequeño”. Si usted piensa que el pecado es algo insignificante, es porque no conoce a Dios. Cuanto más consciencia tenga de la grandeza, la santidad y el amor de Dios, tanto más le horrorizará el pecado…

Seguramente usted no tiene la intención de insultar a Dios, ni conciencia de haberlo hecho. Pero, ¿sabe que el simple hecho de vivir como a usted se le antoja, sin tener en cuenta a Dios, es un pecado? ¿Se atrevería a afirmar que todo el tiempo está tratando de hacer la voluntad de Dios? ¿No? Entonces usted es un pecador…

“Nadie es perfecto; Dios es bueno y tendrá misericordia”, dirá usted. Ciertamente, Dios es misericordioso y perdona a todo pecador que se arrepiente, pero jamás trata el pecado a la ligera. Por eso Jesús tomó nuestro lugar, para sufrir el juicio por nuestros pecados. Su cruz proclama la terrible gravedad del pecado, pero también el inmenso amor del Dios Salvador que perdona a todos los que creen en Jesús.

Éxodo 7 – Hechos 7:1-29 – Salmo 25:16-22 – Proverbios 10:13-14