La Buena Semilla: Martes 16 Abril
Martes
16
Abril
Cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia.
Romanos 5:20
El mal radical y el bien absoluto

François Cheng, escritor y académico, cuenta cómo le sorprendió la belleza de los paisajes que vio en China. También expresa su horror ante la masacre de Nankín (1937). ¿Cómo el mal radical puede coexistir con tanta belleza? Encontró la solución a este misterio cuando conoció a Jesús. Cheng escribió: «Jesús se enfrentó al mal radical, y al mismo tiempo mostró que existe el bien absoluto, el amor absoluto. Pasó por esta muerte indispensable, porque era precisamente la única manera de superar la muerte, ofreciendo un camino abierto al destino humano… En la continuidad del tiempo humano, hubo efectivamente una ruptura: antes de Cristo, después de Cristo».

La Biblia nos dice: “Jesús de Nazaret… anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; a quien mataron colgándole en un madero” (Hechos 10:38-39). La vida de Jesús fue la revelación del amor de Dios hacia su criatura. El Señor Jesús curó a los enfermos, alimentó a las multitudes y satisfizo por gracia todas las necesidades de las personas a quienes encontraba. Pero el ser humano mostró el mal estado de su corazón causándole crueles sufrimientos. ¡En la cruz vemos los dos extremos! Por un lado, el amor supremo, el bien absoluto; por el otro, el odio sin causa, el mal radical. Tomar consciencia de esto es el primer paso hacia la salvación que Dios nos ofrece a nosotros, seres pecadores y culpables.

Isaías 26 – 1 Pedro 2:1-10 – Salmo 44:17-26 – Proverbios 13:20-21